Durante meses, un perro de tres años llamado Coffee deambulaba en la terraza de una vivienda en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Su dueño había desaparecido sin dejar rastro, y el animal, desnutrido y sin atención médica, sobrevivía como podía en un ambiente donde la indiferencia parecía ser la norma. Pero un llamado ciudadano al Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) cambiaría su destino.
Una vida en riesgo
Coffee vivía en un predio compartido, algo similar a un inquilinato o un "paga diario", donde los habitantes se turnaban las habitaciones sin asumir responsabilidad por el perro abandonado. Con el paso de los meses, su salud comenzó a deteriorarse visiblemente: perdió peso de manera alarmante, su piel presentaba lesiones y su mirada reflejaba el impacto del hambre y la deshidratación.
El Escuadrón Anticrueldad del IDPYBA, en coordinación con la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar y la Policía de Carabineros de Colombia, respondió al reporte ciudadano y realizó una verificación de las condiciones del animal. A su llegada, los funcionarios fueron recibidos por los vecinos, quienes confirmaron que el dueño de Coffee se había marchado hace aproximadamente cuatro meses y que nadie en el predio se había hecho cargo del perro.
"Si no hubiésemos llegado a tiempo, Coffee pudo haber muerto de hambre ahí mismo, sin que nadie interviniera", señaló uno de los habitantes del sector .
El rescate y la recuperación
Ante la situación de extrema negligencia, los equipos de protección animal emitieron un concepto desfavorable sobre las condiciones de bienestar del perro. Con una baja condición corporal y signos evidentes de maltrato por abandono, Coffee fue recibido mediante entrega voluntaria y trasladado a la Unidad de Cuidado Animal del IDPYBA.
Al ingresar el 30 de enero de 2025, presentaba un estado caquéxico severo (pérdida extrema de peso y masa muscular), mucosas pálidas, signos de deshidratación y lesiones ulcerativas en el pecho por contacto prolongado con superficies inadecuadas. Se realizaron exámenes médicos que, aunque no revelaron patologías subyacentes, confirmaron el impacto de meses de desnutrición.
Desde su ingreso, Coffee ha seguido un riguroso programa de nutrición y suplementación con multivitamínicos. Su evolución ha sido positiva: ha ganado peso, recuperado fuerza y, lo más importante, ha mostrado signos de alegría y energía. Aún permanece en recuperación, pero su pronóstico es alentador.
Un llamado a la responsabilidad ciudadana
El caso de Coffee no es aislado. En Bogotá, el IDPYBA enfrenta constantemente situaciones de abandono y maltrato animal, muchas de las cuales solo salen a la luz gracias a las denuncias de ciudadanos preocupados. Sin embargo, en este caso particular, la falta de solidaridad de quienes convivían con Coffe evidencia la urgencia de generar conciencia sobre la corresponsabilidad en el bienestar animal.
A partir de la evaluación de Coffee, las autoridades determinarán las acciones legales correspondientes. Mientras tanto, el perro que una vez fue dejado a su suerte sigue su proceso de recuperación, esperando un futuro donde el abandono ya no sea parte de su historia.