En una de las calles del barrio Lucero Alto de la localidad de Ciudad Bolívar, se encontraba deambulando entre las azoteas y los bordes de los techos de las casas un gatico de tan solo un año de edad llamado Aureliano. Vivía de la caridad de los habitantes de esta zona del sur de la ciudad.
Esa era su normalidad. Sin embargo, el pasado 3 de octubre algo cambió en ese panorama rutinario. Uno de los vecinos notó que el joven felino no estaba bien por su debilidad física y la expresión de su rostro. En vista de que estaba bastante disminuido, decidió reportarnos el caso.
Cuando nuestro equipo de Urgencias Veterinarias acudió al lugar rápidamente advirtió la baja condición corporal de Aureliano, que tenía obstruidas sus vías respiratorias y el globo ocular izquierdo infectado y levemente salido de su órbita. La situación exigía el inminente traslado a la clínica operadora aliada, según lo determinó el médico veterinario en su valoración.
Durante el trayecto, fue medicado para empezar a combatir la infección y el dolor que lo aquejaba. Por protocolo, al llegar al centro asistencial se le practicaron pruebas para detectar enfermedades virales, las cuales resultaron negativas. Posteriormente, fue remitido a tratamiento oftalmológico y, por último, se inició un plan nutricional para mejorar su condición física.
Gracias a su rápida mejoría, cinco días después fue trasladado a nuestra Unidad de Cuidado Animal, donde continuó su tratamiento y recuperación. Allí, nuestros médicos veterinarios han logrado que este minino no solo suba de peso con una dieta específica sino también estabilizar la úlcera de la córnea ocular, lo que significa que pronto saldría del área de observación. Y si a eso le sumamos que Aureliano ya está desparasitado y al día con su esquema de vacunación, seguramente en menos de lo que canta un gallo este valiente gatico estará listo para deambular a sus anchas ya no por los tejados sino por los corazones de una familia que lo acoja para toda la vida.